jueves, 26 de marzo de 2009

Goytisolo, el poeta más cantado



CONGRESO INTERNACIONAL DEDICADO AL AUTOR DE "SALMOS AL VIENTO"

No hace tanto y ya parece arqueología: hubo un tiempo, la segunda mitad del siglo pasado, poetas eran la referencia de la cultura en Catalunya. Y de entre ellos, el más popular en castellano era José Agustín Goytisolo (1928-1999), musicado por los cantautores. Se cumplen diez años de su muerte y un congreso internacional de la Universitat Autònoma de Barcelona le recuerda. "Era el cisne negro de la generación del 50, la oveja descarriada, pero ha sido el primero en contar con una edición crítica de su poesía completa", dice Carme Riera, coeditora, con García Mateos, del libro, y coordinadora de las jornadas que hoy concluyen en el Palau de la Virreina.

La madre muerta. Riera opina que José Agustín Goytisolo "pasará a la historia de la literatura con 50 poemas; el resto es un regalo". Este medio centenar de poemas están en Las horas quemadas, Retorno y Salmos al viento. "Es -dice Riera- el Goytisolo de la elegía y de la ironía. Elegía al recuerdo de su madre, muerta en el bombardeo de Barcelona del 17 de marzo de 1938, la ruptura con la infancia paradisiaca, la coincidencia con la Guerra Civil. Y después está la ironía. Es el primer poeta del 50 que la utiliza. El mismo Gil de Biedma reconoce en El diario del artista seriamente enfermo que escribe El arquitrabe después de leer Salmos al viento.´Quiero hace algo igual´, dice Gil de Biedma. Y ÁngelGonzález diría: "él fue el primero". ¿Sobre qué o contra qué ironiza Goytisolo? "Contra la gente ridículamente burguesa, contra los banqueros, contra el franquismo".

El congreso tuvo ayer un acto central con la intervención de Luis Goytisolo, el menor de los tres hermanos. Era la primera vez que hablaba in extenso en público sobre su hermano mayor y lo hizo con humor, sin melancolía, con una sinceridad inusual en congresos donde reina la retórica y el elogio empalagoso. Luis Goytisolo ironizó sobre la mitología "sin un mínimo de realidad" creada en torno a la familia de escritores: "¿La infancia destrozada por la muerte de nuestra madre nos hizo niños llenos de amargura y de dolor y condicionó que nos inclináramos a todo tipo de rebeldías e inconformismos en todos los terrenos? De ser cierto, habría sesenta millones de escritores en Alemania y Polonia".

Madrid. Luis Goytisolo recuerda a su hermano mayor como un muchacho alegre, "el más sociable de todos nosotros", escritor de poemas en latín, jugador de fútbol, con amigos del vecindario y entre los chavas de los equipos rivales, miembro, como Juan, de Acción Católica y de la Congregación Mariana. Luis Goytisolo desmiente que su padre fuera amante de la literatura - "era culto, le gustaba la música, pero creo que el único libro que leyó fue Las afueras, cuando gané el premio (Biblioteca Breve)"- y recuerda el paso de José Agustín por la residencia Nuestra Señora de Guadalupe, cuando estudiaba Derecho en Madrid, y cómo allí entró en contacto con los escritores hispanoamericanos y la generación del 27.

La herida. "José Agustín no se politizó hasta que me encarcelaron", dijo (y aquí los amigos de Luis Goytisolo presentes en la sala entonaron, entre risas, la canción que le dedicó Carmen Martín Gaite, con música de pasodoble). Él ya había dejado el PCE, sin haberlo difundido: "Nunca fui marxista, sino antifranquista, pero el único partido que funcionaba era el PCE y, a pesar de ello, con Pellissa o Jordà decíamos que si ganaba el PCE - Castro había entrado en La Habana-lo primero que haríamos sería coger un avión para exiliarnos en París". Fue cuando los tres hermanos iban a las tertulias del domingo en el bar Club, vinculadas a la revista Laye y a Josep Maria Castellet. Allí surgió un problema que Luis Goytisolo considera esencial para entender la futura deriva de su hermano mayor. "Sus relaciones con Gil de Biedma, Barral y, sobre todo, Valente terminaron mal. Hablaban de él en tono indulgente, como un poeta menor, tal vez por la popularidad de Salmos al viento y de sus canciones en forma de poema. Barral le dijo: ´Eres el Alejandro Lerroux de la poesía´ y esto le hería profundamente, le proporcionaba inseguridad". Después, Barral escribiría 19 figuras de mi historia civil.

"José Agustín -subrayó Luis Goytisolo- nació en 1928, el mismo año en que moría el hermano primogénito, y ello le hizo sentir que sus padres echaban de menos a alguien que no era él. Esa inseguridad, esa visión utópica que chocaba con la realidad, las condiciones de trabajo y circunstancias económicas, le hicieron entrar en fases de euforia seguidas de fases de profunda depresión, que después el alcohol agudizó, aunque el alcohol nunca lastró la calidad literaria. Ni su talento". Luis Goytisolo recurrió a las leyes de Mendel para justificar la afinidad literaria de la familia: "Ya somos cuatro, o cinco, generaciones de escritores, todos por vía materna. Empezó María Mendoza, escritora malagueña del siglo XIX. Y otra afinidad por vía genética: la fuerte pulsión sexual, distinta en todos, estrechamente vinculada a la literatura".
Julia, hija del poeta, le recuerda como una persona querida, generosa, en búsqueda desesperada de afecto. "Fue un puente entre las culturas catalana y castellana que por desgracia nadie ha sabido seguir", lamenta Julia, contenta de que el poema que escribió para ella haya servido para dar esperanza a tanta gente, sin saber siquiera el nombre de su autor: "Te sentirás acorralada / Te sentirás perdida o sola / Tal vez querrás no haber nacido / No haber nacido / Pero tú siempre acuérdate / De lo que un día yo escribí / Pensando en ti, pensando en ti / Como ahora pienso / La vida es bella, ya verás / Como a pesar de los pesares / Tendrás amigos, tendrás amor / Tendrás amigos (...) Nunca te entregues ni te apartes / Junto al camino, nunca digas: / No puedo más y aquí me quedo / Entonces siempre acuérdate/ De lo que un día yo escribí / Pensando en ti, pensando en ti / Como ahora pienso

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